En el corazón mismo del litoral de Dalmacia se encuentra un pequeño pueblo: Mirlović Zagora, que pertenece al municipio de Unešić, a su vez parte del Condado de Šibenik-Knin. Se trata de una zona ubicada entre montañas, con un desarrollo económico-social relativamente débil, de asistencia social especial, pero se encuentra en una zona de tránsito concurrida y con cada vez mejor conexión dentro del condado y con otras regiones. A pesar de que Mirlović Zagora lucha con el rápido descenso de población, al igual que todo el país, y especialmente en las zonas rurales, aquí se destacan ejemplos de jóvenes que reconocen la tierra heredada como punto de partida para construir su futuro. A pesar de las dificultades con las que se enfrentan estos jóvenes, si se suman sus energías a las riquezas culturales y naturales del lugar, todo el ambiente se transforma en una historia que lleva hacia un futuro con perspectiva de éxito. Nuestra colega Ana Ledenko Gregur visitó Mirlović Zagora y descubrió las riquezas de la zona, y los sonidos del litoral.
Tan solo a 16 km de Šibenik, este lugar que cuenta con menos de 400 habitantes sigue nutriendo un patrimonio cultural de gran riqueza. Sus danzas, cantos y costumbres se transmiten de generación en generación, como lo hace la Asociación cultural y artística Zvona Zagore. Bajo el lema ‘Arranquemos del olvido nuestros cantos y costumbres’, esta asociación se originó en el año 2000. "A través de nuestras presentaciones basadas en material original, hemos participado de festivales de folklore en diferentes condados, también en los Otoños de Vinkovci, los Bordados de Đakovo, en el festival de Brod, y en el festival de folklore internacional en Zagreb. La asociación cuenta con treinta integrantes de todas las edades. Hace seis meses ingresaron quince jóvenes que ensayaron hasta dominar el programa y ahora ya pueden presentarse en los escenarios", explica Vinko Bulat, director de la asociación.
Los cantos, interpretados por hombres y mujeres por separado, se basan en los originales, basados en motivos de la vida diaria, y que se interpretaban en los días festivos al lado de la iglesia, después de la misa. La gente espontáneamente comenzaba el ‘kolo’ o ronda, y cantaba. El instrumento tradicional de la zona es el ‘diple’ y una de las danzas tradicionales es la ‘biralica’, a través de la que los jóvenes de Mirlović Zagora expresaban su amor.
Además de su patrimonio cultural, los habitantes de Mirlović Zagora se enorgullecen de una especialidad culinaria que, en estos últimos tiempos, se ha transformado en un gran promotor de este destino turístico. La misma es producto del trabajo de Mate Sučić, un cocinero joven que abrió una taberna en la que ofrece cocina tradicional al estilo moderno. “Siempre tuve el deseo de tener algo propio. Ya que me tomé en serio mi trabajo, mientras trabajaba para otros soñaba como abrir algo por mi cuenta. Aquí hay muchas posibilidades, tenemos muchas pequeñas empresas familiares, y productos caseros, y las ganas de darle un envión a esta zona. Después de un mes de haber abierto, se demostró que esto tiene un buen futuro, y ya después de seis meses, tenemos ocho empleados. Creo que es una señal del buen potencial", cuenta el chef.
La cocina tradicional con un toque moderno es lo que presenta este joven chef. Aquí no falta el jamón serrano, la panceta, los embutidos y quesos, que son de producción local. “En lo que respecta a los productos de nuestra empresa familiar, que ya funciona desde hace veintidós años, nos abastecemos con lo que producimos y lo que no tenemos lo adquirimos de los productores locales, y así los incentivamos para que ellos tengan trabajo y tengan dónde colocar sus productos".
El patrimonio cultural y culinario del litoral de Dalmacia es realmente algo especial. Los invitamos a acercarse a Mirlović Zagora para que se convenzan por sí mismos de que se trata de un lugar que vale la pena descubrir.