En una entrevista con La Voz de Croacia, el arquitecto paraguayo Gustavo Glavinich señala que visitó Croacia por primera vez después de la Guerra Patria, con el deseo de ayudar a la patria de sus antepasados, quienes le inculcaron el amor por su tierra natal.
Señor Glavinich, usted es paraguayo de origen croata. Por favor, háblenos sobre su origen.
- Soy paraguayo, nacido en Asunción, pero nieto de croatas. Mi abuelo Željko Fortunato Glavinić Fafaneli era oriundo de Makarska y mi abuela Paolina Pangracio de Cavtat. Entonces, desde muy pequeño hay una fuerte influencia de todo lo que significa la cultura croata. La de Dalmacia específicamente, porque ellos eran dálmatas. Todo eso ha significado mucho y se fue transmitiendo de generación en generación hasta llegar a mis hijos: el amor por Croacia, por la cultura y las costumbres croatas. Y eso persiste aún, cada vez con más fuerza y con más ímpetu, lo cual me llena de mucho orgullo. Ser nieto de croatas y hoy particularmente más croata que nunca, a través de mis hijos.
¿Mantiene usted contacto con su familia croata?
- Sí, tenemos contactos con la familia en Croacia, gracias a mi hija Mariana que llegó hace ya unos años mediante la beca del Croaticum, a estudiar el idioma y la cultura croata. En ese tiempo ella ha podido contactar con parientes, lo cual nos ha llenado de orgullo, porque pensábamos que ya no los teníamos. Sin embargo, sí se pudo dar la ocasión y hoy mantenemos una relación muy cercana con ellos, lo cual nos llena de satisfacción y orgullo. Y creo que a ellos también, de saber que en Latinoamérica existen descendientes de la familia Glavinić.
¿A qué se dedicaba su abuelo en Paraguay?
- Mi abuelo Srećko ha trabajado en una fábrica, ha sido navegante, durante mucho tiempo ha sido maquinista en la empresa de Mihanović, lo cual ha mostrado un tesón inigualable, un amor al trabajo. Ha creado una familia con 4 hijos y ha dejado un legado muy importante de lo que significa el amor a Croacia, pero también el amor a la patria adoptada, que es el Paraguay. Eso ha significado un rasgo muy importante en nuestras vidas, porque amamos tanto nuestro país de origen, como el Paraguay. Así que es algo que es indisoluble, algo difícil de explicarlo porque llena de emoción. Y justamente, cada vez más acrecienta eso a través de mis hijos que prácticamente ya son croatas.
Significa que su hija hizo el viaje de retorno. Su bisabuelo se fue a Paraguay y ahora ella vino a Croacia.
- Como siempre le digo a Mariana, ella es la que rehace el hilo de la historia de la familia. Ella vuelve a la tierra de sus ancestros, decide quedarse, adoptar la ciudadanía croata, aprender el idioma, aprender la cultura y quedarse a vivir y trabajar en Croacia. Lo cual es algo realmente muy emotivo para nosotros. Creo que van a venir otros más. La hija de mi hermano demuestra interés por venir a radicarse en Croacia, ella es ingeniera industrial. Mariana es arquitecta, trabaja en un estudio de arquitectura en Split. Ya prácticamente estamos todos en Croacia.
Usted ha visitado Croacia varias veces.
- Sí, he visitado Croacia en varias oportunidades. Por primera vez vine en el año 1998 con una delegación, en esos momentos muy difíciles que estaba viviendo la República de Croacia al terminar la guerra. Con ánimo de colaborar, de poder ayudar, de poder fortalecer las relaciones y ser nosotros también partícipes de lo que significaba la reconstrucción de Croacia después de las acciones bélicas que tuvo. Lo que significó para nosotros una gran satisfacción, porque a partir de ese momento se han fortalecido todas las relaciones.
Esta primera visita significó para mí el momento inicial para reencontrarme en la tierra de mis ancestros y conocer todo lo que está haciendo Croacia, el desarrollo que ha tenido desde aquel momento. Lo cual significa la pujanza de un pueblo, que muestra y quiere ser cada vez más grande, como realmente se merece Croacia.
Usted es miembro de varias organizaciones croatas en Paraguay.
- Pertenezco a todas las organizaciones croatas: al Club de Croatas, a la Cámara de Comercio Paraguayo Croata y otras. A mí me alegra mucho que existan organizaciones croatas, porque eso genera un entusiasmo y una actividad que nos recuerda a la madre patria Croacia, en todo lo que se va haciendo. Para mí es una satisfacción enorme. Hoy también con el consulado de Croacia en Paraguay, todos son avances en las relaciones con la República de Croacia.
Con motivo del Encuentro de la Diáspora Croata Sudamericana, que se celebró en Asunción, organizaron una exposición sobre los hermanos Seljan.
- Así es. Precísamente me enteré de la existencia de los hermanos Seljan hace ya varios años, a través de la llegada de un periodista de la Televisión Croata, quien me comentó sobre su experiencia. A partir de eso hice un estudio, una investigación. Más tarde, en contacto con el Museo Etnográfico de Zagreb, donde se encuentra todo el legado de los hermanos Mirko y Stevo Seljan, me enteré de lo que se estaba haciendo. Así como la reedición de un libro y la realización de una exposición en Paraguay. La cual se convirtió en una exposición itinerante, porque ha ido a Chile, Argentina, México y otros países. O sea, conocer esos grandes croatas muy valerosos, muy valientes, muy capaces, que han transitado por territorio paraguayo, encomendados por el gobierno de Brasil en el año 1904, para ubicar y localizar los altos del Guairá. Ya en el interés, por lo visto desde aquel tiempo, de la represa hidroeléctrica de Itaipú, por los altos del Guairá y lo que significaban las posibilidades de una hidroeléctrica. Los hermanos Seljan han demostrado una valentía única, un coraje por toda su vida. Consideramos también importante poder mostrar lo que ellos han vivido, la capacidad que tenían. Y para nosotros es una satisfacción enorme haber presentado, incluso reeditado su cuaderno de viaje, que lo imprimieron en el año 1905 en una imprenta en Buenos Aires. Y a partir de ahí conocer todo lo que fue aquella Asunción que ellos visitaron y todo ese itinerario que hicieron hasta los saltos del Guairá.