Tras la apelación de la Asociación Croata de Empleadores (HUP) al Gobierno para que en 2026 no aumente el salario mínimo legal, argumentando que los empleadores se verían obligados a despedir trabajadores, y la negativa del primer ministro Plenković, tres centrales sindicales representativas ofrecieron una conferencia de prensa.
Afirman que, en la última reunión conjunta con los empresarios, no se habló en absoluto de congelar el salario mínimo y que los sindicatos propusieron que en 2026 el salario bruto mínimo debería ser de 1.130 euros.
“En un contexto donde todos los precios y los costos de vida han aumentado, el salario mínimo actual de 970 euros brutos, 750 euros netos, convierte la supervivencia en un verdadero arte. Hay quienes consideran aceptable ofender y humillar, en este momento, a 150.000 trabajadores, la mayoría de ellos extranjeros, que sólo perciben el salario mínimo”, declaró Mladen Novosel, presidente de la Unión de Sindicatos Autónomos de Croacia.
Recordó que Croacia tiene la segunda inflación más alta de la eurozona, con un 4,6%.
“Sus argumentos de que aumentar el salario mínimo provocará despidos no están fundamentados, ya que la situación en el mercado laboral croata es tal que se buscan trabajadores. Aquellos empleadores codiciosos que quieran obtener beneficios de esa manera, que se vayan de Croacia”, declaró Novosel.
El presidente de los Sindicatos Independientes de Croacia (NHS), Dražen Jović, advirtió que un salario mínimo bruto de 970 euros para una persona sola en Zagreb representa un importe neto de 754 euros y que, considerando una inflación del 32% entre 2021 y 2024, el valor de 100 euros en 2021 equivale ahora a 75,7 euros. Un trabajador que percibe 750 euros netos, según este cálculo, realmente dispone de 570 euros, y no hay nadie que pueda decir que eso sea suficiente para vivir, sostuvo Jović.