Hermana Ana María Mercado (Foto: archivo personal)
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La madre María de Jesús Crucificado Petković nació el 10 de diciembre de 1892 en Blato, en la isla croata de Korcula. Muy pronto mostró su inclinación a la piedad y a la misericordia. Fundó la Congregación Hijas de la Misericordia de la Tercera Orden Regular de San Francisco para la educación de niñas y huérfanos y para la asistencia de los enfermos.
En 1939 la beata María de Jesús Crucificado Petković envió el primer grupo de hermanas a las misiones de América Latina. El trabajo de la misericordia continuó en Argentina, Chile, Perú y Paraguay. Años más tarde, ella misma visitó a las hermanas en algunas de estas misiones.
El 26 de agosto de 1988 un submarino de la Marina de Guerra del Perú chocó con un barco pesquero japonés, causando una gran abertura en la popa. En ese momento el comandante del acorazado Róger Cotrina pidió la intervención de la madre María de Jesús Crucificado Petković y en la espesa oscuridad logró cerrar la compuerta por la que penetraba el agua. Esa heroica maniobra salvó la vida a veinte marineros que quedaron atrapados en el submarino. Debido a este milagroso acontecimiento el Papa Juan Pablo II proclamó el 9 de junio de 2003 la beatificación de María de Jesús Crucificado Petković, fundadora de la Congregación Hijas de la Misericordia de la Tercera Orden Regular de San Francisco.
En Perú existen dos misiones de la Congregación Hijas de la Misericordia, una en la selva y otra en la capital Lima.
La hermana Ana María Mercado es la directora del Hogar de Niñas de Lima.
“La beata María de Jesús Crucificado Petković nació en Blato, en Croacia. Nuestra Congregación es de origen croata. La madre fundadora fue beatificada por el Papa Juan Pablo Segundo el 9 de junio de 2003.
Nuestra Congregación se llama Hijas de la Misericordia de la Tercera Orden Regular de San Francisco. Nuestra misión principal son las obras de misericordias espirituales y corporales y tienen origen croata.
Nuestras hermanas viajaron a América Latina por pedido de sacerdotes croatas. La Congregación se extendió por América Latina, primero en Argentina, luego en Paraguay, Chile y Perú. En Europa existe en Croacia, Bosnia y Herzegovina, Alemania, Rumanía, Italia. Últimamente en América Latina hemos abierto una casa de misión en Cuba, que por la gracia de Dios está dándose apertura, sobre todo al trabajo con los laicos. Hace poco hemos tenido la apertura de la casa en el Congo, donde se quiere dar un poco también la preocupación por los niños huérfanos.
Porque la Congregación nació después de la Primera Guerra Mundial. Y la madre quería ser una vida de clausura y por la gracia de Dios tuvo la orientación del obispo José Marćelić, quien le dijo que sería bueno que ella se preocupe por los más necesitados. En ese momento los más necesitados eran los niños huérfanos, las madres que quedaban viudas a causa de la guerra. Y en Perú eso es lo que tratamos todavía de trabajar, de continuar la obra que la madre inició.
En Perú tenemos dos obras. Una en la misión de la selva, que es una diócesis verdaderamente de misión. Y aquí en Lima el hogar de niñas que tenemos, el comedor externo que ayudamos a gente con extrema pobreza, tenemos el colegio que acogemos a niños externos y nuestras niñas internas también participan de este colegio.
Nuestra misión aquí sobre todo es con las niñas, demostrarles el amor misericordioso de Dios padre hacia ellas. Porque nosotras llevamos el nombre Hijas de la Misericordia por la misericordia del padre, que nuestra madre nos ha inculcado que debemos demostrar en nuestro apostolado esta misericordia que Dios tiene a cada una de sus criaturas. Es por eso que nosotras en el internado tratamos de acoger especialmente a las niñas que son huérfanas de padre o de madre, de extrema pobreza o peligro moral. Ese es el trabajo que nosotras realizamos en este hogar y con la ayuda de Dios estamos sacando adelante a la providencia de Dios también, que nunca nos ha faltado nada” - destaca la directora del hogar de niñas de Lima.
Hogar de niñas en Lima (Foto: Congregación Hijas de la Misericordia)
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La hermana Ana María ya visitó la casa de la madre fundadora en Croacia.
“Por la gracia de Dios verdaderamente. Hace tres años regresé de Europa y agradezco a Dios por la oportunidad. Nunca pensé estar en la casa madre. Lo recuerdo con mucho cariño porque de verdad pude apreciar, vivir, estar más de cerca con lo que la madre inició. Aún se vive ese espíritu que dejó la madre fundadora, el de acoger a los más necesitados, el de acoger y escuchar a todas las personas que tocan la puerta, como Francisco de Asís también lo hacía.
Gracias a Dios he tenido la oportunidad de conocer la casa madre y a algunas hermanas que habían vivido con la madre fundadora” - manifiesta la hermana Ana María.
En 1988 sucedió un milagro con un submarino de la Marina de Guerra del Perú, debido a lo cual se dio la causa para la beatificación de la madre María de Jesús Crucificado Petković.
“Croacia se encuentra en el mar Adriático y nuestra madre fundadora siempre amó el mar, siempre quiso a Santa Rosa de Lima por amiga espiritual. Nuestra madre llegó a América Latina, a Argentina, Paraguay, Chile, más no pudo llegar a Perú por su enfermedad. Y la misericordia de Dios fue tan grande que el milagro ocurrió en Perú, en la Marina de Guerra. Cuando el submarino Pacocha fue hundido a causa de un choque con un barco que venía de Japón. El submarino se hundió a tal profundidad que los tripulantes estaban perdiendo el oxígeno y estaban a punto de morir.
Nuestras hermanas en un principio trabajaban en el hospital naval. Se ocupaban de dar catequesis a los pacientes, de hablar de Dios. Y así fue como uno de los comandantes conoció la vida de la madre fundadora, el comandante Roger Cotrina a quien se atribuye el pedir la gracia a la madre fundadora, porque había escuchado hablar de ella. Y pidió la intervención de nuestra madre fundadora para que le dé esa fuerza y salud de poder guiar a los demás, porque él era encargado de los demás tripulantes. Entonces él nos narra que vio una luz muy fuerte dentro de toda la oscuridad, que le guió hacia la compuerta que estaba abierta. Él nos explica que hubo esa luz que le guiaba y le guiaba y que le dio la fuerza de poder cerrar esa compuerta, porque de lo contrario iba a entrar más agua. Y fue así que se pudieron salvar.
Hubo muchos acontecimientos, porque también nos decía un médico que estaba en la marina, que justo tenía que dar una conferencia, pero por cosa de Dios no fue y así pudo acudir en ayuda de estos marinos. El sr. Cotrina dice que se aferró mucho a pedir a María Petković que le ayudara, que le diera esa fuerza, esa orientación de cómo poder ayudar a sus demás tripulantes” – explica la hermana Ana María.
Sor María de Jesús Crucificado Petković (Foto: screenshot)
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Tuve la oportunidad de conocer al capitán de fragata Róger Cotrina quien me dijo que su madre le hablaba sobre la madre fundadora María Petković.
“Sí, sí, también porque la señora era una voluntaria de la marina. Entonces como las hermanas trabajaban con todo lo relacionado de catequesis, pastoral, entonces la señora era también muy llegada a las hermanas.
El milagro, que gracias a Dios digo yo, ya que nuestra madre no pudo llegar a Perú, pues el milagro se realizó y se quedó con nosotras. Ella en sus escritos nos dice que siempre tuvo como amiga a Santa Rosa de Lima, porque pasó casi las mismas dificultades y la tuvo siempre como amiga.
Santa Rosa de Lima siempre quiso vivir en ayuda de los más pobres, servir a Dios en los más necesitados. Además que no le fue fácil también que sus padres le comprendieran que ella quisiera optar hacia la vida de Dios, hacia el servicio de los demás. Incluso sus padres la tenían ya para comprometerse, pero ella optó por Dios. Y nuestra madre también se asemeja mucho porque los padres querían que ella también se case, que tenga familia, porque era ella la que se encargaba de la hacienda, de los bienes, cuando su papá murió. Entonces, para la mamá no era tan fácil dejarla ir así nomás a nuestra madre fundadora. Por eso es que ella siempre relaciona su vida con Santa Rosa de Lima. Gracias a Dios pudo servir a Dios, pudo entregarse a Dios, como también lo hizo Santa Rosa.
En el Perú verdaderamente tratamos de continuar con la obra que ella inició, que es el de preocuparse por los niños huérfanos sobre todo. Y lo que de verdad le pedimos y sé que ella nos acompaña porque a veces en estos tiempos es bastante difícil la juventud, la niñez. Y queremos rescatar como la madre nos dijo, amar, amar, demostrar a Dios en cada uno de los niños, mostrar que es un Dios de misericordia, un Dios que nos ama. Y eso es lo que vamos a seguir inculcando también” – dice la directora del hogar de niñas de Lima.
María de Jesús Crucificado Petković (Foto: Libro "Testimonio de Amor")
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La misión en Lima desearía que una hermana croata las acompañe a continuar con ese espíritu de la madre fundadora.
“La última hermana croata ahora está en Chile. Nuestras primeras hermanas, quienes iniciaron esta obra, fueron madre Marta quien luchó por convertir este arenal en un oasis, luchó por conseguir las plazas para hacer un colegio donde las niñas puedan estudiar. La madre Tihomila dedicó toda su vida al hospital naval, incluso fue reconocida como generala, porque de verdad su entrega fue muy grande hacia los marinos, hacia los enfermos. Y eso es lo que nosotras tratamos de continuar, de seguir con lo que la madre nos inculcó. Nos dijo: “vayan hijas mías con la cruz y el evangelio a mostrar la misericordia del padre a cada una de sus criaturas”. Pues eso es lo que queremos seguir continuando.
Nuestra Congregación es croata, nos gustaría que alguna hermana viniera, porque siempre estamos con monseñor Drago Balvanović. De alguna u otra manera tratamos de que no se pierda ese contacto, porque nuestro origen es croata, entonces queremos continuar. Monseñor Gerardo de la selva también es croata. Entonces tratamos de mantener nuestra familiaridad que también nuestras primeras hermanas nos han dejado. Entonces eso lo seguimos, continuamos, con el padre Marko también. El año pasado el padre Vedran, un padre croata también, se ha ido a trabajar a otra misión con nuestras hermanas. Por eso seguimos pidiendo a nuestra madre fundadora que venga alguna hermana a acompañarnos para continuar con este espíritu, este origen que hemos nacido.
En nombre de la Congregación Hijas de la Misericordia les deseo a ustedes una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo, recordando que este nacimiento es Dios quien vino hacia nosotros. Por amor a sus criaturas, por amor a cada uno de nosotros, es Dios que se hace hombre. Recordemos que la Navidad es un amor absoluto que Dios nos da y que tenemos que tener confianza, seguridad de que Dios siempre nos ama. Feliz Navidad a todos ustedes.
Muchas gracias y bendiciones para ustedes y nos encomendamos en sus oraciones así para poder continuar con esta labor que Dios nos ha encomendado y rezar por las vocaciones” – concluye la hermana Ana María Mercado, directora del Hogar de Niñas de Lima de la Congregación Hijas de la Misericordia.
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