Basándonos en el documental Lijepa naša Europo, dedicada a las minorías nacionales croatas en el viejo continente, hoy nos dedicamos a los croatas de Molise, Italia, que reside allí desde hace siglos. Cuentan con un dialecto autóctono, al que llaman ‘na našo’, podría traducirse como un croata ‘a nuestro estilo’. Durante siglos, los croatas de Molise han hecho grandes aportes al desarrollo cultural y económico de Italia.
La minoría croata en Italia se concentra principalmente en tres pueblos: Mundimitar, Kruč y Filić, que forman parte de la comunidad autóctona y cuentan con el status de minoría histórico-lingüística. También los hay al NE de dicho país, especialmente en Trieste, pero también hay grandes comunidades alrededor de otras grandes ciudades.
“La amplia comunidad, o mejor dicho, la minoría croata en este territorio es histórica. La mayoría de nosotros estamos en tres regiones: Friuli Venezia Giulia, Véneto, y la región Trentino Alto Adige o Tirol, como lo llaman los austríacos. La mayoría de los croatas se encuentran en las primeras dos. La minoría autóctona e histórica se encuentra en la región más pequeña, en Friuli, cuya ciudad capital es Trieste. Es una minoría que está presente desde el siglo once. La iglesia en esta zona del NE de Italia tuvo un rol central: la iglesia contribuyó a mantener el idioma, las tradiciones, y se fue desarrollando con el pueblo. Hablamos croata, trabajamos y estamos presentes en diferentes etapas y contextos históricos, y seguramente hicimos el mayor aporte en los últimos trescientos años, cuando pasamos a ser conscientes de nuestro rol. La gente venía de Dalmacia, Istria, Split, porque se comerciaba con Trieste, las necesidades eran cada vez mayores, y muchos decidieron quedarse. Hoy tenemos miembros que son parte de esas familias que se instalaron aquí en los siglos XVII y XIX y ellos pusieron en marcha empresas, bancos, casas de seguros. Tenían sus propias publicaciones en croata y todo eso quedó sellado con la construcción del Hogar Croata. La comunidad croata es resultado de la presencia de siglos que, por un lado, nos dio la oportunidad de hacer más consciente de nuestro pasado, especialmente durante la Guerra por la Independencia, y aquí maduró la conciencia más significativa, época en la que se formaron varias comunidades. Cuando me preguntan cuántos somos, respondo en una forma simple: que haya dos croatas, ya es motivo para existir y trabajar. Eso nos hace conscientes, y honrados de ser parte reconocida de esta región, porque los croatas no son una minoría cerrada. Nuestra idea de minoría no es la de encerrarnos en un ghetto, sino que estemos abiertos a los desafíos y que colaboremos con todos. Y por eso, junto con el alemán, el esloveno, friulano, el croata pase a ser un idioma reconocido en esta región”, dice Damir Murković, presidente de la comunidad croata en Italia.
"Nuestra comunidad de minoría cuenta con el apoyo de la administración regional", dice el director de Lenguas Minoritarias de la Región Friuli Venezia Giulia, Pierpaolo Roberti. “En la administración regional consideramos que las lenguas de las minorías es un tema extremadamente importante al nivel de la región. Es un factor que nos define en la región Friuli Venezia Giulia. Por eso apoyamos la existencia de comunidades como esta. El reconocimiento oficial de las minorías existe a nivel nacional, pero de momento no se encuentra en la agenda. Lo que sí existe es el reconocimiento de las comunidades históricas. No se trabaja específicamente en la lengua, sino en el reconocimiento de las comunidades que están presentes desde hace mucho tiempo en esta región y realizaron aportes a la riqueza cultural de la región y de algunas ciudades, especialmente de Trieste. Lamentablemente, existen también motivos históricos. Sabemos lo que ocurrió después de la disolución de Yugoeslavia. Debido a motivos históricos se llegó al reconocimiento de la comunidad lingüística eslovena, pero eso llevó a la detención de otros canales de financiación, en este caso de la comunidad lingüística croata. Seguimos adelante, se está trabajando en ello, antes mencioné la nueva disposición en la que estamos trabajando. Se trata de la presencia de comunidades históricas presentes, que podría ser de valor estratégico para la región Friuli Venezia Giulia. Hoy esta entrevista es realizada en Trieste, símbolo del Friuli y fusión de naciones que desde hace siglos han vivido en esta ciudad. Esa fusión es la responsable del Friuli en en que hoy vivimos. Trieste es una ciudad cosmopolita, en Europa central. Hasta ahora nos ha faltado esa directiva que, de alguna manera, confirmaría esa presencia. La inclusión de dicha comunidad en la lista de comunidades históricamente presentes. Y es sabido que hay muchas de ellas, desde la más reciente, la china, que desde hace años vive en esta región, hasta aquellas que viven aquí desde hace siglos, como la croata, la eslovena. Incluirlas en la lista sería un factor que nos permitiría aportaría un tipo de normalidad y el reconocimiento de los mismos derechos, como los que tienen otras comunidades lingüísticas. Entre las primeras, la eslovena".
Giovanni Gorgetta, de Kruč, recuerda aquellos días en los que había muchos más croatas que hoy en día en Molise y sus pueblos, cuando había más juventud, cuando en las calles se hablaba la típica lengua arcaica de esta comunidad de minoría. "Ahora, en solo tres ciudades se habla el idioma: en Mundimitar, en Kruč y Filicci. Ahora hay solo 600 habitantes en Kruč. En los años 50, había tres mil. Muchos se fueron a Australia, y ahora en la ciudad hay poca gente.
Antes había muchos habitantes, y los matrimonios se formaban con la misma gente del lugar. Y cuando venía alguien de afuera, cuando una mujer de fuera se casaba con alguien del pueblo, rápidamente aprendía nuestro idioma ‘na našo’. Porque la suegra, el suegro, la cuñada, hablaban ‘na našo’. Y las mujeres lo aprendían porque así se hablaba en el seno familiar. Eran familias extendidas, patriarcales, formadas por los padres, los tíos, los hijos, eran familias grandes. Mientras vivía el pater familias, todos vivían juntos y hablaban ‘na našo’. Y se manteían las tradiciones, especialmente las relacionadas con las tareas domésticas", sostiene Gorgetta.
Paulina Ferante, de Filić, uno de los tres pueblos en los que todavía viven los croatas de Molise. Paulina coopera y se relaciona con Croacia: "En 1999 nos reconocieron como minoría. Desde entonces reestablecimos las relaciones con nuestra patria, de la que nos habíamos distanciado durante varios años. Estamos muy orgullosos de nuestras raíces. Es muy importante para nosotros el haber sido reconocidos como minoría, porque hay muchos que todavía no saben que existimos".
Y existen desde hace la primera mitad del siglo XVI. Y aunque los hay cada vez menos, intentan conservar su lengua y sus costumbres. Hemos compartido algo de la historia de los croatas de Molise, basada en el documental de la serie Lijepa Naša Europo, adaptada para la radio en croata por Tanja Rau, con traducción y adaptación al español de Verónica Vlaho.
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