El escultor Mate Turić, conocido bajo el nombre artístico de Mata Croata, joven artista con un amplio recorrido, ya ha expuesto sus obras en varias capitales europeas. Sus veleros de piedra como firma reconocible de autor, son símbolo de libertad, belleza, perseverancia, amor, unión, y el auge y la caída de la vida. “La vida es como el mar – destaca Mate – y nosotros somos como veleros. Navegamos en la incertidumbre en busca de algo mejor. Deseando buen viento en las velas. Mientras respiremos”. Este joven escultor, con poco más de diez años de actividad profesional, dice que esto es solo el comienzo.
Su nombre artístico Mata Croata se relaciona con sueños de años atrás. Mata Croata vive en Vrbovec, cerca de Zagreb. Es oriundo de Livno. Intenta tallar en sus velas de piedra todo lo bueno y lo malo de la vida. Sus obras ya han recorrido más de cincuenta exposiciones independientes. Su fuerza reside en la dedicación a cada idea. Sus primeros pasos en la escultura fueron en la isla de Brač, en la escuela de tallado de Pučišća.
“Mientras estudiaba, cuando estaba cursando el tercer año, soñaba con ser un artista mundialmente famoso y representar a Croacia. Y así surgió esta historia, mucho antes de todos estos éxitos. Fue una visión, que se hizo realidad gracias a Dios que me dio el talento y está en nosotros hacerlo realidad. Cuando terminé la escuela de tallado, asistí en la restauración de la Catedral y después me inscribí en la Academia de Bellas Artes. De esa forma uní mi oficio, con la experiencia laboral y las ideas artísticas, y aprendió de los mejores”.
“Lo creé durante el quinto año en la Academia. Pensé en las características particulares de Picasso, de Van Gogh, y trabajé hasta obtener mi diseño particular. Mucho trabajo y mucha fe. Los surcos simbolizan la vida que va pasando, es un corte moderno, diferente, nuevo; las velas son símbolo de libertad, esfuerzo, esperanza, es un símbolo mundial, es una imaginación sin límites”.
Este joven artista ya ha sido invitado para exponer sus obras en el Salón de París de Otoño, ganó el premio “Artist on Globe” al mejor artista joven en Croacia en 2015. Un año después fue premiado por la mejor exposición del año. Sus obras han pasado por Dubrovnik, Split, Orebić, Zagreb, y han recibido una muy buena crítica.
El Salón de París recibe las obras de unos ochenta artistas por año. La idea de presentarse a concurso fue en realidad de un conocido artista croata quien lo motivó a llenar la solicitud. “Me llamó desde EE.UU. el artista croata Nikica Kačić Miočić quien me dijo que mis obras eran muy buenas y que, de presentarme para el Salón de París, seguramente me elegirían. Entonces me presenté, pensé que, ya que me recomendaba esto el sr. Kačić Miočić, tenía que hacerlo. Llené la solicitud, y me llegó la invitación de París. En francés. Tuve que hacerla traducir. Nadie creía que realmente me habían invitado”, explica el artista.
Las obras de nuestro artista simbolizan veleros unen gente, unen culturas, son el medio de transporte más antiguo, y cada uno de ellos es único. Su objetivo ahora es hacer monumentos, tanto en Croacia como en el exterior. Ese es su deseo. Que con su trabajo y tezón, pronto se hará realidad.
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